viernes, 20 de febrero de 2009

Chestertoniana

Confieso abiertamente todas las am­biciones de fines del siglo XIX. Yo, como otros solemnes chiquilines, tra­té de anticiparme a la época. Como ellos, intenté adelantarme por diez minutos a la verdad, y encontré que ella se me había adelantado unos 1 800 años. Esforcé la voz gritando mis verdades con una penosa exa­geración juvenil, y recibí el castigo más adecuado, porque yo conservé mis verdades, pero descubrí luego que si bien mis verdades eran ver­dades, mis verdades no eran mías.

Me hallé en la ridícula situación de creer que me sostenía sólo: estan­do en realidad sostenido por toda la cristiandad.

Posiblemente, (y el cielo me perdone) traté de ser original; pero sólo llegué a inventar una copia imperfec­ta, de las ya existentes tradiciones de la religión civilizada.”
G. K. Chesterton ( Ortodoxia)

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