miércoles, 6 de enero de 2010

NO AL SEUDO INDIGENISMO

No conformes con haber dividido a nuestro país religiosa y políticamente, en Tucumán ahora se pretende ahondar las diferencias entre compatriotas mediante las pretendidas comunidades indígenas. Esto tiene como objetivo separarnos, desde lo legal, entre quienes dicen ser indios y quienes no lo son, lo que puede generar consecuencias nefastas para la paz social en nuestra Provincia, ya de por sí empobrecida por el capitalismo liberal.

En Tucumán, hay mestizos, pero no indios, mas allá de lo que diga nuestra nefasta Constitución. Y la ínfima cantidad de tucumanos que pudiera considerarse indios puros racialmente, en lo cultural no lo son, ya que evidencian niveles de occidentalización y criollismo irreversible, mal que ahora les pese, porque décadas atrás, cuando ser indio no era negocio, sólo Raúl Uribio se hacía llamar “indio”.

Los falsos pueblos indígenas de Tucumán, están formadas por mestizos y criollos que, sabedores de los beneficios económicos que pueden generarse a partir del auge de un indigenismo bastante "trucho", (nada que ver con el indigenismo de Bolivia, Perú y Ecuador) han creado todo este "verso" de las comunidades mal llamadas indígenas, cuya finalidad es, en un futuro no muy lejano, crear microestados dentro de nuestro país. Esto financiado con dinero del extranjero, como el caso de la comunidad supuestamente india de Quilmes (poco y nada que ver con los verdaderos quilmes que enfrentaron a Alonso de Mercado y Villacorta), que recibió dinero del Banco Mundial en 2002.

De este modo, vemos como en la Patagonia argentina y chilena, tenemos grupos como los pretendidos mapuches, grotesco invento disociador convertido en una grave amenaza para la integridad territorial de ambos estados, al punto que muchos de ellos, no se consideran argentinos ni chilenos, llegando a diseñarse una propia bandera. Como si fuera poco, existen evidencias que los “mapuches" son financiados desde Inglaterra.

Las culturas indígenas, como la Incaica, a la que perteneció el antiguo Tucumán, pueden hacer grandes aportes en la reconstrucción de una provincia destruida en lo cultural por la Izquierda, arruinada en lo económico por el Liberalismo, y dominada políticamente por el Sionismo, mas esto no significa que debamos tolerar que se nos divida legalmente entre supuestos indios y no indios.

Toda familia tucumana, sin distinción de ningún tipo, merece vivir dignamente, a través del empleo genuino que nuestros gobernantes les niegan, y también tener acceso a una parcela de tierra para criar sus animales o realizar sus plantaciones, pero estamos en contra de que individuos o comunidades disfruten de prerrogativas por su pigmentación o supuesto origen racial.

Tucumano, no te dejes engañar… el Tucumán genuino no es ni indígena ni español. El auténtico Tucumán, el Tucumán enraizado en los mas profundo de nuestra tierra, es en lo cultural indohispano, y en lo religioso católico.

Centro de Difusión Nacionalista AYOHUMA

www.ayohuma.com.ar

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