miércoles, 12 de enero de 2011

LO QUE LA "MEMORIA" ZURDA OLVIDA FACILMENTE

MASACRE MAOISTA EN LUCANAMARCA
(CARTA A UN JOVEN IZQUIERDISTA)
Por: Ernesto Damián Sánchez Ance

Abimael Guzman: asesino como Castro,Guevara,  Mao o los etarras
Joven izquierdista, resulta incomprensible que hoy, en Tucumán, haya estudiantes universitarios que al igual que vos, de orientación marxista, como en más de un caso pude comprobar, no saben qué fue Sendero Luminoso. Esto se acentúa más, cuando no estamos refiriéndonos a una pequeña agrupación comunista o anarquista de la lejana Europa de mediados del Siglo XX. Por el contrario. Te estoy hablando de un grupo guerrillero latinoamericano que estuvo en boca de todo el mundo y que, aunque hoy debilitado, fraccionado y aliado con el narcoterrosrimo, aún existe en el Perú. O sea que vos, y tus opas compañeros psicobolches, que están anoticiados de los atropellos que cometieron los enemigos de Marxismo en todo el mundo en el Siglo XX, cargan todas sus tintas contra Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, el Proceso de Reorganización Nacional en Argentina, etc, pero nadie les comentó, al parecer, sobre Sendero Luminoso. Pero esto no es culpa exclusiva de ustedes que, además de no ser muy listos y además de leer sólo lo que les conviene, son víctimas de lo que el Sistema les quiere hacer creer.
En esta nota, solo pretendo hacerte conocer de modo escueto pero contundente, a vos y a otros desinformados jovencitos que militan en ciertos movimientos universitarios y en partidos de Izquierda, que se llenan la boca hablando de derechos humanos, represión, juicio y castigo, impunidad, memoria, y toda la artillería lexical izquierdista, qué fue Sendero Luminoso.
Quizás, al no yo ser peruano, no debiera decirlo, ni expresarlo. Pero quiero aclararte, para que no pienses que soy fujimorista, que personalmente considero que los campesinos de la Sierra del Perú, en su mayoría gente humilde y laboriosa, fueron víctimas tanto del terrorismo marxista como la brutalidad gubernamental.

SENDERO LUMINOSO

De manera muy resumida, he de comentarte que al igual que otros, Sendero Luminoso fue un grupo político y guerrillero que tiene su raíz en el Partido Socialista del Perú originalmente formado por José Carlos Mariátegui, y que cambiaría su nombre por Partido Comunista del Perú. Su nombre completo fue Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, ya que, influenciados por el pensamiento de Mariátegui, recurren a una frase por él acuñada: “El marxismo-leninismo abrirá el sendero luminoso hacia la revolución”.
Su principal referente fue Abimael Guzmán Reynodo, el “Presidente Gonzalo”, quien al visitar la China de Mao Tse Tung, afirma su adhesión al Maoísmo. Guzmán fue un importantísimo difusor de esta corriente en la Universidad de Huamanga, capital del Departamento Ayacucho, en donde, para tu información, se libró la última batalla contra los realistas, y su discurso, que prendió rápidamente en muchos de sus estudiantes, recibiría el nombre de “Pensamiento Gonzalo”, considerado como la aplicación del marxismo-leninismo-maoísmo a la realidad concreta del Perú. Te lo digo sin ánimo de tomarte el pelo ni mucho menos de ofenderte. Pero cuando te hago referencia a Huamanga, es porque me temo que vos y muchos otros opas afines ideológicamente con vos, seguramente sí saben ubicar, hasta en un mapa mudo, Sierra Maestra y Bahía de los Cochinos, pero no creo que tengan mayores conocimientos sobre Huamanga ni Pampa de la Quinua. Ni siquiera de Ayacucho.
Sendero Luminoso, que agitaba en universidades, en el campo y en las barriadas, se convirtió en el más grande grupo terrorista del Perú, ejecutando a miles de personas, como ser autoridades de pequeños pueblos, pobladores que no adherían al partido o que eran sospechosos de colaborar con las autoridades, luchadores sociales que les resultaban un escollo, etc. Es así que, entre los crímenes cometidos por los maoístas, está el de María Elena Moyano, luchadora social y dirigente vecinal de Villa El Salvador, en Lima, el día 15 de Febrero de 1992. Esta mujer afro peruana era muy respetada entre los sectores más humildes de Lima, y Sendero, con su despiadado y cobarde asesinato, se ganó la definitiva enemistad de la población, que terminó entregándolos a las autoridades. Para que te ilustres mejor con respecto a este suceso, podés entrar a Youtube y buscar: “Maria Elena Moyano Mujer Coraje II”: http://www.youtube.com/watch?v=rsjabHxX6fE
La muerte de esta dirigente, se produjo a plena luz del día, y fueron muchos los testigos que vieron los rostros descubiertos de los senderistas que la mataron totalmente indefensa. Tal era su sentimiento de impunidad. Es ese año, en que su cúpula es detenida, recibiendo un golpe tan contundente que hoy, lo que queda de este grupo maoísta, que en los años ‘80s tenía serias aspiraciones de tomar el gobierno, son grupos separados y enfrentados entre sí muy lejos de la sierra peruana que lo engendró y que fue su bastión. Incluso, uno de los grupos ya no responde al “Presidente Gonzalo”.

LA MASACRE

Santiago de Lucanamarca es un distrito de la Provincia de Huancasancos, en el departamento de Ayacucho, cuya principal actividad es la cría de ovejas y vacas, y en el que la agricultura no es muy desarrollada.
En Lucanamarca, y localidades vecinas, el día 3 de Abril de 1983, como seguramente vos y la mayoría de tus compañeros del PO, del PTS, del MTS, de Pan y Rosas, de Oveja Negra, del PC y de otros grupejos desconocen, su población fue víctima de una de las matanzas más atroces realizadas por el grupo terrorista de orientación maoísta Sendero Luminoso, que venía trabajando en la zona desde la década anterior.
En muchas de esas localidades del Ande peruano, había una notable ausencia del Estado. En Lucanamarca, por ejemplo, no existía autoridad policial ni militar, y la comisaría de Huancasancos se limitaba a intervenir en delitos menores. Estos hechos fueron de gran ayuda para el accionar de Sendero Lumino que, en un comienzo, era bien visto por el pueblo, seguramente por acciones tales como la ejecución de ladrones de ganado, y por su discurso, que apuntaba a terminar con la pobreza. No sería nada extraño que la población, muy probablemente desconocedora del Marxismo, haya “comprado” ese discurso (cosa que no sucede en la Argentina, porque como ustedes muy bien lo saben, la población puede votar hasta por el peor y mas vendepatria liberal, pero no por ustedes que, a lo sumo, podrán obtener, con mucho esfuerzo, una banca en la cámara de diputados o en algún concejo deliberante. No más de eso). Pero en cuanto el maoísmo empezó a realizar atropellos contra la población, que consistían en asesinatos de aquellos pobladores que eran sospechosos de “soplones” y colaboracionistas del Ejército, la simpatía ya no era la misma, lo que llevó a una reacción del campesinado, que estaba entre dos fuegos: el del Maoísmo y el de los “Sinchis”, grupo militar especializado en lucha antisubversiva, conocidos por su impiedad y brutalidad a la hora de reprimir a las humildes poblaciones andinas, tal como sucedió en la localidad de Huanta, también en Ayacucho, cuando en 1969, la población se levantó contra el gobierno de Velasco Alvarado, quien había emitido un decreto bastante antipopular. La rebelión terminó con un importante número de jóvenes campesinos muertos, lo que generó que, por presión popular, Velasco derogue el decreto. Este sangriento hecho, quedó inmortalizado en una clásica canción de la música de raíces del Perú: “Flor de Retama”, tema que los izquierdistas intentaron infructuosamente apoderarse como ícono de sus luchas.
Senderistas y Sinchis llevaban adelante un cruel accionar contra las poblaciones indefensas. En 1982, Sendero reemplaza a las autoridades legítimamente constituidas por otras afines al partido quienes, desde Lucanamarca, comenzarían a agitar hacia distritos vecinos.
El poder de Sendero Luminoso en esas postergadas geografías era tal que no tardaron en asesinar a los principales propietarios del pueblo, repartiendo sus ganados entre los pobladores, quienes estaban obligados a participar de las confiscaciones. Meses después, ya a comienzos de 1983, Sendero toma el poder en la localidad de Huancasancos, realizando todo tipo de confiscaciones. Debido al olvido de esas poblaciones por parte del Estado, Sendero se movía como pez en el agua. Sin embargo, el 16 de Febrero, pobladores de la localidad de Sacsamarca se rebelan contra los maoístas y ejecutan a dos de ellos. No tardan en llegar las noticias a Huancasancos. Esto genera que gente de Sacsamarca, a sabiendas de una expedición punitiva del maoísmo, informe al Ejército sobre lo que se venía. Posteriormente, los pobladores de Sacsamarca se levantan contra los maoístas, asesinando a dos de sus líderes locales, pero otros dos de ellos logran escapar a Huancasancos y dan aviso a los senderistas de la zona.
Como verás, ahí sí que eran bravos los guerrilleros, que tenían que aguantarse el hostigamiento de una población que no los quería. No como los nuestros, que con preparación en Cuba y con refuerzos de otros guerrilleros latinoamericanos, tomaban localidades como Acheral y Santa Lucía, hacían un desfile, y se retiraban de esos pueblos que, si bien mayoritariamente los rechazaban, solo se limitaban a denunciarlos ante las autoridades y a hacerles frente en los sindicatos azucareros, y no necesariamente con armas. Porque si hubiera sido así, muchos de los burgueses del ERP, no me extrañaría, la hubieran pasado peor que en la época del milicoprocesismo. Pero dejemos el monte tucumano y volvamos a Ayacucho.
Sendero Luminoso ataca Sacsamarca, y se lleva a 30 comuneros a Huancasancos. En juicio “popular”, como acostumbraba llamar Sendero Luminoso a las parodias que realizaba antes de condenar a muerte a sus enemigos o presuntos enemigos, se decide que una mitad sería fusilada, lo que sucedió, y la otra, quemada viva. Acontecida la primera parte de las ejecuciones, desde tres helicópteros descienden los Sinchis. Esto genera que los senderistas huyan, mas el torpe y brutal accionar de los militares, genera la muerte de seis pobladores ajenos a toda esta situación.
El 20 de febrero, siempre de 1983, el pueblo huancasanquino realiza una ceremonia de fidelidad al Perú en donde cantan el himno y se jura la bandera. Posteriormente llegan a la plaza varios maoístas armados con armas de fuego y dinamita. Rodearon al pueblo que estaba en el centro de la plaza, pero los pobladores inician un ataque con piedras y palos matando a varios seguidores del “Presidente Gonzalo”.
En Lucanamarca los senderistas habían comenzado su accionar tempranamente. Entre setiembre de 1982 y febrero de 1983, los pobladores de Lucanamarca sufrieron varias acciones terroristas por parte de los maoístas, quienes asesinaron por lo menos a unas 7 personas. Entre ellos: Abraham Huamaccto Quispe, el 26 de setiembre 1982 en Tiopampa; el 18 de enero de 1983, es asesinado Román Misaico Quichua en Merced de Tío; el 30 de enero, matan a Pascual Leonardo Misaico Aronés, oriundo de Lucanamarca y a Rufino Huaripaucar Allccahuamán, de Ccocha; el 17 de febrero son ejecutados en Lucanamarca en otra incursión senderista, Eulogia Flores de Huancahuari, su yerno Teófilo Mavila Riveros y Marciano Huancahuari Allaucca, de 74 años, y uno de los pobladores con mayor cantidad de bienes. Todos fueron asesinados en la plaza de Lucanamarca.
Por estos motivos, mas la prohibición de libre comercio, con todos los daños que eso ocasionaba a los ganaderos y el no permitir a los comuneros salir del poblado, el descontento con Sendero Luminoso crecía entre los pobladores. Estos atropellos generaron que la población de Lucanamarca se organizara formando así un comité de autodefensa para vigilar el pueblo, lo que como no podía de de otro modo, generó las ya habituales represalias senderistas.
En marzo de 1983, comuneros de Huarcaya matan a siete maoístas, número que se acrecentaría cuando, a partir una reunión entre las autoridades de los distritos de Sacsamarca, Huancasancos y Lucanamarca llegan a una serie de acuerdos para enfrentar a los terroristas. Sendero Luminoso, debido a la soberbia y a la crueldad que los distinguía, habíase puesto en contra a las      comunidades. Hartos los comuneros de tantos atropellos, saqueos y asesinatos, ellos mismos decidieran enfrentarlos sin necesariamente esperar ayuda del Ejército. Esto, obviamente, no era gratuito. La venganza maoísta se iba a producir, y se la conoce como La Masacre de Lucanamarca.
Para la incalificable represalia, se había convocado a importantes mandos de Sendero de distintos sitios de Ayacucho, y fue planificada desde Lima por el mismísimo Abimael Guzmán, quien huérfano de cualquier tipo de remordimiento, afirmará años mas tarde que: “Frente al uso de mesnadas y la acción militar reaccionaria respondimos contundentemente con una acción: Lucanamarca, ni ellos ni nosotros la olvidamos, claro, porque ahí vieron una respuesta que no se imaginaron, ahí fueron aniquilados más de 80, eso es lo real; y lo decimos, ahí hubo exceso, como se analizara en el año 83, pero toda cosa en la vida tiene dos aspectos: nuestro problema era un golpe”. Otros referentes de Sendero Luminoso, como Elena Iparraguirre, Osmán Morote y Martha Huatay admiten la responsabilidad de Sendero Luminoso por estos hechos, aunque los minimizan como “errores” y “excesos”.
Para la ejecución del sanguinario plan, se reúne en Yanacollpa un nutrido grupo de senderistas cuyo número se estima en 80, asesinando a primera hora de de la mañana a 29 personas, entre las que había NIÑOS, MUJERES y ANCIANOS. Prácticamente no se utilizaron armas de fuego para los asesinatos, sino MACHETES Y HACHAS. (Sí, leíste bien… los marxistas que decían llevar adelante la Guerra Popular, ese día asesinaron a gente humilde a hachazos y machetazos. Leíste bien… eran MARXISTAS. Quienes asesinaron tan cruelmente a esa gente pobre e indefensa no eran nazis, ni fascistas, ni falangistas. Eran comunistas). Tras asesinarlos, los subversivos rociaron agua hirviendo sobre sus cuerpos y cerraron la puerta de la vivienda con un candado. Dos días después de buscar a sus familiares, Antonio Quincho vio esta patética imagen: “con las manos y los pies amarrados, hasta las trenzas salidas de las señoritas, a quienes los habían cortado con hacha, cuchillo, pico, incluso les habían echado agua caliente...encontraron a los niños quemados sus manitos, caritas. A los niños recién nacidos les habían sacado las tripas y pisado sus cabezas hasta que salgan sus sesos”.
Tras ello, van al paraje de Ataccara. Según la testigo Justina Evanan Tacas, al llegar capturaron a su yerno Néstor Garayar Quispe, que estaba haciendo pastar sus animales. Esto fue también presenciado por su esposa, Zaragoza Allauca Evanan, quien tomó a su  hijo Percy Garayar Allauca y partió junto a ver qué sucedía con su marido. Sí. Sucedió lo que estás imaginando: asesinaron a hachazos a los tres miembros de la familia. Ni elpequeño hijo se salvó.
Una vez en el paraje de Llacchua, matan a ocho personas. En este sitio se enteran que los comuneros estaban refaccionando la ruta, y se dirigen hacia allí. Habían iniciado el trabajo en Huancasancos y avanzaban hacia Lucanamarca. Al medio día descansaban, cuando llega un emisario a caballo desde Ataccara, para advertirles sobre un supuesto robo del ganado en la comunidad por los senderistas. Los comuneros, sin imaginarse lo que realmente sucedía, se organizan y deciden enviar voluntarios para hacer de vigías en la puna y observar qué tramaban los terroristas, mientras que otro grupo regresa a Lucanamarca para preparar sus provisiones y abrigo pues planeaban perseguir a los senderistas. También otros 3 comuneros parten hacia Huancasancos para dar aviso a las autoridades.
Al las 4 de la tarde, los senderistas entran a Lucanamarca, comandados al parecer por un docente que había trabajado políticamente en la zona. En la plaza, separan a los hombres, mujeres y niños. Los varones fueron obligados a tirarse en el piso frente a la iglesia, y asesinados con hachas, machetes, piedras y armas de fuego. Cuando los asesinos estaban por continuar la masacre con otro grupo de campesinos, el niño Epifanio Quispe Tacas, gritó que venían los militares. Se trató de una inteligente y oportuna picardía del niño que salvó a decenas de comuneros, ya que los senderistas se fugaron.
Los pobladores aún recuerdan al joven que salvó la vida de las mujeres y niños presentes en la plaza. Estaba detrás de la torre del campanario de la iglesia, y cuando los maoístas estaban a punto de asesinar a mujeres y niños, gritó que los Sinchis se acercaban a la población. Los senderistas dejaron de lado la dinamita con que iban a asesinar a las mujeres y escaparon. Los Sinchis llegaron una hora después de los hechos.
Una vez que estos seguidores de Mao Tse Tung se retiraron, las mujeres corrieron hacia los cuerpos de los hombres, tratando de auxiliarlos. La mayoría de los sobrevivientes, desconcertada, no sabía que hacer, y varias personas aún con vida agonizaban ante la mirada impotente de sus familiares. Marcelino Casavilca, sobreviviente, afirma que, al reaccionar, estaba ensangrentado, pudiendo ver que la gente a su alrededor estaba muerta, los sesos pegados en las paredes, toda la sangre chorreando, narices y cabezas partidas”. Envenciona Huancahuari sostiene que tras la fuga de los marxistas, corrió a ver a su esposo Glicerio Rojas Quincho: “cuando me acerqué, estaba convulsionando, aún con vida, tenía la boca partida por el hacha, parte de la masa encefálica estaba fuera del cráneo, porque su cabeza estaba partida en cuatro. Algunos órganos del pecho habían sido retenidos en la ropa, cuando quise levantarlo de un brazo, ya no lo tenía, estaba separado del cuerpo”.
Los maoístas, ese día, asesinaron a 69 personas, muchas de ellas niños, ancianos y mujeres totalmente indefensos. La mayoría fueron matados de la forma más cruel y sanguinaria: con pesados elementos cortantes. Y para ratificar el sadismo de estos izquierdistas asesinos, se constató en algunos cadáveres heridas de hasta cien machetazos.
Estas son las víctimas de la masacre:
Allaucca Chaupín, Crisóstomo (30 años)  
Allaucca de Quispe, Zaragoza (28 años)
Allaucca Evanán, Sócrates (23 años)
Allaucca Huancahuari, José (4 años)
Allaucca Huancahuari, Samuel (2 años)  
Allaucca Huancahuari, Vilma (9 años)
Allaucca Huancahuari, Zunilda (7 años)
Allaucca Matías, Constantino (70 años)  
Allccahuamán Aguirre, Fortunato (40 años)
Allccahuamán Rojas, Pablo (36 años)  
Aronés Ruiz, Emigidio (18 años)  
Casavilca Chaupín, Lucio (47 años)  
Chaupín Allaucca, Grimaldina (58 años)
Chaupín Quincho, Máximo (29 años)  
Evanán Allccahuamán, Roberto (46 años)  
Evanán Huancahuari, Dionisio (52 años)
Evanán Huaripáucar, Zenón (60 años)  
Evanán Tacas de Misaico, Felícitas (49 años)
Garayar Allaucca, Percy Daniel (2 años)  
Garayar Quispe, Néstor (35 años)  
García Paucar, Tiburcio Livio (06 meses)
Heredia Quincho, Efraín (5 años)
Huamanculí Ñañacchuari, Tiburcia (64 años)
Huancahuari Allaucca, Cipriano Nilo (20 años)
Huancahuari de Allaucca, Emilia (33 años)
Huancahuari de Misayco, Rosa María (48 años)  
Huancahuari Pérez, Juan de la Cruz (50 años)
Huancahuari Quichua, Hower (06 meses)  
Huancahuari Quispe, Cirila (28 años)
Huaripaucar Huancahuari, Cipriano (18 años)  
Huaripaucar Paucar, Constantino (11 años)  
Huaripáucar Quincho, Valentina (57 años)  
Huaripáucar Tacas, Ambrosio (34 años)  
Labio Montes, Melquiades (50 años)  
Misayco Evanán, Fausto (18 años)  
Ñañacchuari Allccahuamán, Santos (58 años)  
Páucar Casavilca de Quincho, Honorata (54 años)  
Páucar Chaupín, Espirita (24 años)  
Páucar Chaupín, Mauricio (31 años)
Quichua de Huancahuari, Catalina (36 años)
Quichua Quincho, Constantino (41 años)
Quichua Quincho, Darío (38 años)
Quichua Quispe, Joaquín (13 años)
Quichua Quispe, René Ausberta (3 años)
Quichua Quispe, Ricardo (7 años)  
Quichua Quispe, Rosenda (19 años)
Quincho Páucar de Tacas, Cecilia (36 años)
Quincho Páucar, Rosa María (13 años)
Quispe de Quichua, Constanza (40 años)
Quispe Matías, Damián (32 años)  
Rimachi Casavilca, Erasmo (27 años)  
Rimachi Casavilca, Félix Gabino (31 años)  
Rojas Ñañacchuari, Pablo (42 años)
Rojas Quincho, Glicerio (30 años)  
Tacas Cárdenas, Juan (60 años)  
Tacas Curitomay, Daniel (42 años)  
Tacas Meza, Félix Germano (43 años)
Tacas Misayco, Abdón (8 años)
Tacas Misayco, Adela (10 años)
Tacas Misayco, Donato (34 años)  
Tacas Misayco, Haydeé (6 años)  
Tacas Misayco, Zenilda (5 años)  
Tacas Quincho, Edwin (2 años)
Tacas Quincho, Livio (9 años)
Tacas Quincho, Maritza (13 años)
Tacas Quincho, Percy (11 años)
Tacas Quincho, Rubén (7 años)  
Tacas Rojas, Elías (35 años)
Tacas Ruiz, Alberto (30 años).
Edmundo Camana era oriundo Huancasancos. El día de la masacre de Lucanamarca, había salido a caballo desde su estancia en Condorhuachana y se encontró con un grupo de senderistas, que lo capturó a él y a otros 12 campesinos. En el paraje de Muylacruz, todos fueron obligados a tenderse en el piso y les destrozaron sus cabezas a hachazos. Otras dos personas, en circunstancias poco claras, pudieron escapar.
Edmundo Camana quedó tendido junto a los otros campesinos y logró sobrevivir. Despertó varias horas después y a duras penas regresó a su estancia, donde fue asistido y conducido a la posta de Huancasancos. Tras recibir asistencia médica de emergencia fue derivado al hospital de Ayacucho, en donde lo encontró el fotógrafo Oscar Medrano, quien lo retrató en pésimo estado. La fotografía en cuestión se publicó en distintos medios gráficos.
Los golpes recibidos por Camana, tuvieron consecuencias irreversibles. 25 años después del episodio, el fotógrafo decidió buscarlo, y luego de determinados contratiempos, lo encontró en una cueva, con serias limitaciones físicas a raíz de la golpiza. Camana, quien muere de un modo bastante dudoso en Lima en 2009, se comenta, estaba siendo utilizado, luego de que fuera encontrado en la sierra peruana, políticamente. Hasta que el periodista lo encontró, por temor a represalias, no quiso hacer pública su historia.
Esta locura cargada de odio marxista, causó un resquebrajamiento notable en el tejido social no solo en este pueblito serrano, sino en todo el Perú llegando, por presión de los mandos senderistas, a asesinarse entre integrantes no solo de una misma comunidad sino de una misma familia , como magistralmente lo ejemplifica la película “La vida es una sola”:
Tantos resentimientos intracomunidad crearon estas políticas totalmente reñidas con la dignidad humana, que los residentes de Lucanamarca, al día siguiente de la masacre, asesinaron a los padres del referente senderista lucanamarquino Olegario Curitomay, sin que estuvieran implicados en el sangriento hecho. El hermano del mencionado senderista, Honorio, que no pertenecía al partido, y que estudiaba en la capital del Perú, en donde se encontraba el día de la masacre, no pudo volver al pueblo por temor a injustificadas represalias.
Sendero Luminoso, en pos de la lucha de clases, convertía rivalidades en odios; y las diferencias entre familias por tierras que se podían resolverse mediante el diálogo o vía judicial, el Maoísmo hizo que terminaran en enfrentamientos armados.
Bueno, joven izquierdista, no quiero quitarte mas tiempo, ya que seguramente tenés que asistir a alguna reunión de tu agrupación universitaria a perder estúpidamente tu tiempo escribiendo consignas en la parte posterior de los afiches del PO para dejar las instalaciones de tu facultad hechas un mamarracho impresentable y antiestético, siempre quitándole horas a tus estudios, mientras este Estado destruido entre otros por los progresistas Kirchner (tus compañeros en la lucha por la aprobación del “matrimonio” homosexual) hace que tengas la oportunidad de estudiar gratis, lo que me parece perfecto, siempre que vayas a capacitarte para ser un profesional que trabaje en beneficio de su país y no a politiquear. Y si tu poca inteligencia te lo permite, te pido aceptes este humilde consejo: No repitas como un loro las estupideces y mentiras de tus dirigentes. Mientras ellos hablan con una visión parcializada de la historia sobre genocidios, violación de los derechos humanos y dictaduras sanguinarias en Latinoamérica, por otro lado son funcionales a los planes imperialistas de asesinar a los niños de nuestro país bregando por la legalización del aborto. Ya sabés… no fueron Pinochet y Videla los únicos que asesinaban despiadadamente en nuestro continente.
FUENTES:
Degregori, Carlos Iván: “El surgimiento de Sendero Luminoso. Ayacucho 1969 – 1979”. Instituto de Estudios Peruanos. Perú. 2010.
Gorriti, Gustavo: “Sendero. Historia de la guerra milenaria en el Perú”. Ed. Planeta. Perú. 2008.
Mariátegui, José Carlos: “7 Ensayos de la Realidad Peruana”. Orbis Ventures S.A.C. Perú. 2005.
Montesinos Torres, Vladimiro: “Sin Sendero. Alerta Temprana”. Ezer Editores. Perú 2009.
Pérez, Melisa: “30 años de Sendero”. Artículo publicado por Semanario Hildebranten sus Trece No. 33 en Lima, Perú, el 3 de Diciembre de 2010.
Roncagliolo, Gustavo: “La Cuarta Espada”. Ed. Sudamericana. Argentina. 2007.
Ugaz, Paola: “La tragedia de Lucanamarca”. http://agenciaperu.com/reportes/2003/ene/lucanamarca.htm
Valenzuela Zea, Waldo: “Chikucha”. Municipalidad Provincial del Cusco. Perú. 2000.
Comisión de la Verdad y Reconciliación - http://www.cverdad.org.pe (Perú)
Página Web de Revista Sol Rojo - http://www.solrojo.org
Documental Lucanamarca - http://lucanamarca.com/
http://www.youtube.com/watch?v=89ct1m4tRqk&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=KPYeLUG1VoU


Trabajo realizado por el Centro de Difusión Nacionalista Ayohuma (Tucumán)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estimado tincho te felicito por el articulo, viene bien refrescar la memoria sobre los crimenes del marxismo leninismo maoista en nuestra hispanoamerica, esos demonios realmente mostraron la verdadera cara de su ideologia.

Anónimo dijo...

Pocas veces había leído tanta mierda junta. El marxismo no es terrorismo, es la lucha por la libertad y la justicia social.

Anónimo dijo...

Si la libertad en un campo de concentracion...anda a la concha de tu madre